miércoles, marzo 12, 2008

Actualidad

Pecados


Quien diga que la iglesia no actualiza su doctrina con los tiempos, según el órgano oficial del Vaticano, "L'Osservatore Romano", Monseñor Girotti concluyó que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI y popularizada por Dante en La Divina Comedia, no bastaba para describir los tiempos modernos.
Recordemos los clásicos siete “pecados capitales”:
1) la soberbia; 2) la envidia; 3) la gula; 4) la lujuria; 5) la ira; 6) la avaricia; 7) la pereza.

Para que les quede claro, eston son los nuevos pecados que debemos reflexionar:

1. Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción, contra la capacidad de decidir de las mujeres, en primer lugar, y contra la posibilidad de hacer del derecho positivo una realidad actuante. Es decir, que la sociedad se ponga de acuerdo, en vez de reconocer el derecho natural.

2. Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre, para contravenir la posibilidad de cambiar las características de la naturaleza en función de intereses inconfesables e indefendibles.

3. La drogadicción y 4. Contaminar el medio ambiente, por razones que no necesitan explicarse.

5. Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres, porque son insostenibles las condiciones actuales de disparidad social.

6. La riqueza excesiva, porque es hasta grosera. Y, 7. Generar pobreza, porque nada puede avanzar en la sociedad actual, incluso, si no hay un mercado interno.

La nueva lista de Monseñor nos facilita un poco las cosas, porque en vez del tortuoso examen de conciencia de la confesión y la sinceridad del arrepentimiento que debían hacer nuestros antepasados, con estos pecados podremos encontrar quienes van a poblar el infierno.
Se imaginan a unos cuantos millonarios como Bill Gates, rezando el Padre Nuestro y Ave María por contribuir a la brecha entre la pobreza y riqueza...o algún actor hollywoodense de esos que amasan fortunas de rodillas pidiendo perdón.
Con el pecado mortal de la contaminación ambiental habría que deslindar responsabilidades o directamente enviar al infierno a la mayoría de los estadounidenses, los grandes contaminadores del planeta, y también a los chinos, que si siguen así no se van a salvar de las llamas.
Con los científicos es más fácil: si se dedica a la manipulación genética, derecho al infierno.
Creo que los narcotraficantes nunca se hicieron ilusiones respecto a su destino, pero el caso de los drogadictos me parece más complejo: ¿sería justo que terminen en el infierno después de haberlo vivido en la tierra? ¿No deberían tener una conmutación de la pena?
Ni siquiera el infierno es un lugar seguro.
En 1999 el entonces papa Juan Pablo segundo había aclarado que no era un lugar sino una situación: el alejamiento de Dios.
El año pasado, el actual papa Benedicto XVI dijo que el infierno existe.
Y, por lo que se ve, en estos tiempos de la globalización estará tan lleno que pronto tendrán que construirle una sucursal para albergar a sus nuevos reclusos.

Saludos

1 comentario:

racarrás dijo...

que curiosas cosas...

si es que existe o no el infierno... discusión extraña... al diablo no le debe importar.

ay de nosotros tan pecadores.