HISTORIA DEL VINO II

Sigamos con la historia de la cepa País, si tomamos como referencia el libro de José del Pozo Historia del Vino en Chile?, es fácil sacar algunas conclusiones. Del Pozo relata que los viñedos se regaban cada dos o tres días, que la cosecha se efectuaba a fines de abril, que la uva era pisada recién al final del día y que el jugo de los hollejos era un componente fundamental del vino terminado. Además, para obtener mayor color se agregaba calcio quemado. La guarda se hacía en tinajas de greda en bodegas afectadas constantemente por los cambios de temperatura y el transporte se realizaba en recipientes de cuero.
Se dice que en el sur se echaban pedazos de carne dentro de las tinajas con el pretexto de que al cabo de un tiempo el vino mejoraba. Con todo eso, es probable que el fiel País se resintiera bastante.. Con la llegada de las nuevas cepas francesas, el País comenzó su caída en picada. Su reputación pronto sucumbió ante los nuevos sabores del Cabernet Sauvignon, mucho más finos a ojos de los afrancesados chilenos de mediados del siglo XIX. Recluido al campo, a la chicha, al pipeño, a la bebida con la que se emborrachaba el pueblo en las fondas, el País se asentó por fin como una uva de segunda categoría.

Tratando de renacer las cosas no han cambiado mucho en estos días. Cuando se habla del boom del vino chileno, nadie está hablando del País sino que de variedades clásicas francesas adaptadas desde hace 150 años a nuestras tierras. El País, en cambio, sigue reducido a los pipeños y chichas o -con suerte- a parte de los millones de litros de vinos que vía container viajan a Europa para ser embotellados con etiquetas anónimas. Su habitat natural, el mismo que ha tenido por siglos, sigue estando al sur del río Maule. De las 15.442 hectáreas que hoy hay en Chile, 9.200 están en la provincia del Maule y 5.700 están en la de Bío Bío, mientras que hacia el norte apenas superan las quinientas hectáreas. Además, cualquier catador ante una copa de Cabernet Sauvignon o Merlot varietal y una de País, se inclinaría por la primera porque los maltratos siguen. Sin embargo, el País tiene sus defensores..claro yo !!! esas son mis raíces, mis familiares han sido cultivadores por años de esta cepa desde niña he catado estos caldos y creanme que si mejora , es probable que el País chileno exprese fielmente el terroir nacional porque ha tenido tiempo para modificar su estructura a nuestros suelos y a nuestro clima, lo que significa que lo que se obtiene de sus uvas es algo único, irrepetibles y muy alentadores.